Un día de suerte.

Lugar:

Isla del Padre, Estados Unidos.

 

Sucede que hace unos dias fui de vacaciones al lado de mi novia y su familia a esta isla de Texas y pasó un suceso un poco extraño que les quiero compartir.

El segundo día que estuvimos allí, fuimos a un lugar llamado “Las escolleras”  que como su nombre lo dice, es una pequeña saliente al mar formada por rocas y en donde la gente puede ir a pescar o simplemente a tomar fotos y pasar un buen rato en la playa.

Nosotros fuimos a ese lugar, intentamos pescar sin tener algo de éxito, además que estuvimos en la playa platicando, tomando fotos y jugando futbol, la pasamos muy bien. Cuando partimos de “Las escolleras” acordamos regresar al día siguiente para ver si lográbamos tener mejor suerte con la pesca. Ese mismo día fuimos a muchas tiendas, caminamos mucho y ya en la noche terminamos muy cansados y profundamente dormidos.

A la mañana siguiente, el padre de mi novia se despertó temprano para regresar al lugar donde habíamos acordado, sin embargo todos los demás no quisimos ir y decidimos seguir durmiendo por el cansancio del día tan ajetreado que habíamos pasado. Mi suegro se molesto un poco y decidió irse solo, bueno con la familia de su hermano que también nos acompañaba, es decir con el tío de mi novia, quienes se hospedaban en el mismo hotel que nosotros.

Cuando regresó nos platicó que había sucedido algo y que le alegraba que no hubiéramos ido. En “Las escolleras” usualmente el mar esta algo “picado” y las olas chocan contra la barrera de rocas en las que se ponen todos las personas a intentar pescar. Resulta que una gran ola no solo chocó con las rocas si no que las sobrepasó de un lado a otro llevándose consigo a una persona. La persona se veía que empezaba desesperadamente a “manotear”  y gritar dentro de las aguas turbulentas, todos pensaron lo peor.

Para suerte de esa persona, un equipo de jóvenes salvavidas estaban haciendo sus practicas casualmente ese día, a esa hora y muy cerca del lugar.  Los noveles salvavidas de inmediato se dieron cuenta del bullicio de todas las personas y se dieron cuenta de lo que sucedía, por lo que se adentraron al mar y rescataron a la persona.

Nos causo un gran impacto los hechos porque algo nos había hecho seguir durmiendo y no ir al lugar, ya que donde ocurrieron los hechos era justo la parte donde un día antes nosotros nos habíamos puesto a pescar. Es decir, si hubieramos ido, probablemente yo estuviera contando esta historia desde otra perspectiva, bueno en caso de que la hubiera podido narrar.

Así que fue un día de suerte tanto para la persona que cayó al mar y para nosotros que nos quedamos dormidos sin querer ir ese día a “Las escolleras”.

Cosas que pasan. Casualidad¿?